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7 nov 2011

El Pastorcito y el Pplobo



Érase una vez un pastorcito que se pasaba la mayor parte de su tiempo humillando a sus ovejas cuando las llevaba a pastar a la pradera de un pueblito. Todos los días, muy tempranito, hacía siempre lo mismo. Salía a la pradera y se tumbaba mirando para otro lado mientras día tras día los mercados se comían la mejor hierba de sus ovejas y esquimaban la pradera. Muchas veces, mientras veía sufrir, enfermar y mermar su rebaño, el pastorcito pensaba en las cosas que podría hacer (mientras se cumplía su contrato electoral) para divertirse.

Como muchas veces se aburría, un día, el aburrimiento le hizo tener una idea. Decidió, pues estaba ciegamente convencido que las gentes del pueblito eran tan acríticos y sumisos que aguantarían con todo lo que le echen, que pasaría un buen rato divirtiéndose a lo grande a costa de la gente del lugar.

Se acercó a los medios de manipulación e intoxicación masiva y empezó a gritar:
- ¡Socorro, el Pplobo! ¡Qué viene el Pplobo!

La gente del pueblito, la cual una gran parte defendió muy consciente y valientemente la República y sufrió una sangrienta represión en el franquismo con muchos fusilados y desaparecidos (que todavía hoy siguen enterrados por las cunetas de todo el territorio) cogieron lo que tenían a mano y se fueron "sin pensárselo" a auxiliar al pobre pastorcito que se desgañitaba pidiendo auxilio, pues no se olvidaban que muchos de los familiares del pastorcito que defendieron el Gobierno legítimo de la Republica fueron asesinados por el ejercito fascista de Franco y miles que tuvieron que marchar al exilio, y se acordaban que el pastorcito les prometió reparación institucional con una "justa" y "modélica" ley de La Memoria Histórica, que al final resultó un fiasco, pero los lugareños no se lo pensaron y marcharon todos a una a socorrer al pastorcillo, cuando llegaron allí, descubrieron que todo había sido una broma pesada del pastor, que se deshacía en risas revolcándose por el suelo mientras les enseñaba la causa penal que los jueces neofranquistas ayudados por trepas sin escrúpulos enquistados en el poder judicial tenían organizado contra el juez Garzón, y reía y reía mientras les refregaba la ley de la reforma de la Constitución que vende la soberanía del pueblito para que los especuladores se puedan quedar con todas las ovejas, el pueblito y todo el futuro de sus habitantes en caso de impago de la deuda a los Botines y CIA, y seguía ríe que te ríe mientras les decía que mintió ocultando la crisis, que cuando acepto ponerse a las ordenes de los banqueros culpables de la crisis (por su avaricia sin escrúpulos) y regalarles miles de millones del dinero público de todos los ciudadanos para salvarles de su criminal fracaso mientras ninguno ha pasado por el banquillo de los acusados, lo hizo a sabiendas que una salida por la izquierda era posible, pero es mejor asegurarse una buena jubilación de oro (como la del “socialista” Felipe González) en alguna empresa privada, y sin dejar de reir y reir que parecía que iba a entrar en Shock, les recordaba que en el contrato para su futura jubilación con los banqueros había firmado las clausulas para dejar caer a 5 millones de trabajadores en el paro y la miseria con brutales recortes derechos laborales y sindicales y desmontando el Estado del Bienestar a las clases populares más débiles (clases a las que prometió públicamente que nunca dejaría de defenderlos) y subir la edad de jubilación a los 67 años, y el aumento de los años de cotización, y congelar las pensiones, y bajar el sueldo a los funcionarios y dejar al pairo a los miles de ciudadanos que los bancos les han embargado sus viviendas (y encima están obligados a seguir pagando la deuda) y dejar sin protección a cerca de dos millones de parados que no reciben la ayuda de los 420€, incluso había la clausula donde nos tenía que hacer olvidar que llegó a presentar a Gadafi como gran Estadista y amigo del pueblito español y nuestra participación junto  la OTAN en la destrucción de su pueblito y el asesinato de su otrora mandatario y gran amigo, las gentes del lugar no se podían creer lo que estaban presenciando, el pastorcito no parecía el mismo que habían votado en el 2004 y el 2008 para que gobernará el pueblito, parecía poseído, mientras el pastorcito les mostraba las partidas presupuestarias con miles de millones de euros para la iglesia católica y sus escuelas adoctrinarías concertadas (la misma que pide a cara de perro que no se vote a los pastorcillos que defiendan el aborto o la laicidad del Estado, es decir, a cara de perro pidiendo el voto para los ultraderechistas Pastorcillos Populares) Los aldeanos casi montan en cólera, pero resignados decidieron volver a sus casas, pues no quisieron romper la relación histórica que les unía con el pastorcillo, pues no olvidaban que era el heredero del Pastorcillo Socialista Obrero Español fundado por Pablo Iglesias.

Cuando se habían ido muy enfadados las gentes del pueblito, al pastorcito le hizo tanta gracia, que no dudó en que la broma había que repetirla. Y cuando vio a la gente suficientemente lejos, volvió a gritar:

- ¡Socorro, el Pplobo! ¡Que viene el Pplobo!

La gente, volviendo a oír al pastorcillo, empezó a correr a toda prisa, creyendo que esta vez sí que se había presentado el Pplobo feroz, que no podía ser que en un tema tan serio y trágico mintiera otra vez el pastorcito, y que realmente aunque no se mereciera ninguna ayuda y lo hicieran tapándose la nariz, necesitaría de toda la gente solidaria de izquierdas del pueblito para acabar con el Pplobo. Pero al llegar donde estaba el pastor, se lo encontraron nuevamente por los suelos, riéndose y riéndose, y enseñándoles entre carcajadas y carcajadas el derroche de dinero público pagado para el saneamiento de las Cajas de ahorro de las cuantiosas pérdidas que provocaron sus gestores (los cuales eran controlados por el pastorcillo, y al igual que los banqueros, ninguno ha ido a la cárcel) siguió retorciéndose de risa mientras les enseñaba el decreto ley que aprobaba el Escudo Antimisiles en Rota, y sigió riendo y riendo. Esta vez los ciudadanos sí que se enfadaron de verdad, no se podían creer lo que el pastorcillo les estaba haciendo, pensaron que no tenía remedio, y se marcharon terriblemente enfadados con su pésima actitud, y se fueron realmente a sus casas muy enojados con aquella situación.

A la mañana siguiente, mientras el pastorcillo llevaba a pastar a sus ovejas, aún se reía cuando recordaba lo que había ocurrido el día anterior, y no se sentía arrepentido de ninguna forma, hasta llego a usar los medios de comunicación que controlaba y sus ciberactivistas a sueldo repartidos estratégicamente por todo el pueblito para difundir mentiras sobre pinzas inexistentes entre pastorcillos del pueblito. Estaba tan fuera de la realidad el pastorcillo que no se dio cuenta de que esa misma mañana se le acercaba el Pplobo. Cuando se dio media vuelta y lo vio, el miedo le invadió el cuerpo. Al ver que el animal se le acercaba más y más, empezó a gritar desesperadamente:

- ¡Socorro, el Pplobo! ¡Que viene el Pplobo! ¡Qué va a devorar todas mis ovejas!  ¡Auxilio! Pero sus gritos eran en vano. Ya era bastante tarde para convencer a los ciudadanos del pueblito de que lo que decía era verdad. Los ciudadanos, habiendo aprendido de las mentiras del pastorcillo, esta vez  hicieron oídos sordos.

¿Y qué es lo que ocurrió? Pues que el pastor vio como el Pplobo se abalanzaba sobre sus ovejas, mientras él intentaba pedir auxilio, una y otra vez:

- ¡Socorro, el Pplobo! ¡El Pplobo!
Pero los ciudadanos hartos de tantas falsedades y viendo que el pastorcillo se había comportado como una verdadera Zorra al cuidado de las "ovejas" en vez de un buen pastor que debe de cuidar y defender a su rebaño siguieron sin hacerle caso, mientras el pastor vio como el lobo se comía un buen puñado de ovejas y se llevaba casi todas para la cena, sin poder hacer nada, absolutamente.

El final original del cuento (composición sinfónica de Sergéi Prokófiev escrita en 1936) es: Y fue así que el pastor reconoció que había sido muy injusto con la gente del pueblito, y aunque ya era tarde, se arrepintió profundamente, y nunca más volvió a burlarse ni a mentir a la gente.

Yo tengo claras varias cosas, que el final de este cuento no se resolverá hasta después de que se conozcan los datos electorales oficiales del 20N, que el pastorcillo ya no es creíble ni lo será, y que el Pplobo seguramente se comerá a una gran parte de su rebaño y otra parte que huyó despavorida se refugiará en un pastorcito que defienda La Izquierda . 

De todas formas me parece que el final del cuento será: 

Y fué así, que la debacle electoral del pastorcillo fue tan grande que perdió el gobierno del pueblito, que después que el máximo responsable del pastorcillo dimitiera y que los restantes culpables responsables de que el pastorcillo se creyera dueño de las ovejas convocaran un Congreso, para que todo parezca que cambie para que todo siga igual, y que desde luego no reconocerán que fueron injustos maltratando a las gentes del pueblito que creyeron fielmente en él y que toda la culpa de la perdida de confianza de los ciudadanos se lo buscó él , y encima dirán que todo lo hicieron por el bien del pueblito y no para mantener sus sillones y privilegios, y aunque ya será tarde, no se arrepintieron ni se arrepentirán profundamente, peor, se dedicaran a simular que nunca más volverán a burlarse ni mentir a la gente. Esto provocará la ruptura y fracción de los pastorcillos y seguramente una recomposición de la pastorcillos de la izquierda, pero esto ya es para contarlo en un nuevo cuento.

#nocallis Vota ICV-EUiA
¡¡Rebélate!! Vota @Cayo_Lara
Salud y República

1 comentario:

METAL dijo...

Y colorín colorado al ciudadano han robado.
Saludos.

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