Érase una vez un pastorcito que se pasaba la mayor parte de su tiempo
humillando a sus ovejas cuando las llevaba a pastar a la pradera de un pueblito. Todos los
días, muy tempranito, hacía siempre lo mismo. Salía a la pradera y se tumbaba mirando para otro lado mientras día tras día
los mercados se comían la mejor hierba de sus ovejas y esquimaban la pradera. Muchas veces, mientras
veía sufrir, enfermar y mermar su rebaño, el pastorcito pensaba en las cosas que podría hacer
(mientras se cumplía su contrato electoral) para divertirse.
Como muchas veces se aburría, un día, el aburrimiento le hizo tener una
idea. Decidió, pues estaba ciegamente convencido que las gentes del pueblito eran
tan acríticos y sumisos que aguantarían con todo lo que le echen, que pasaría
un buen rato divirtiéndose a lo grande a costa de la gente del lugar.
Se acercó a los medios de manipulación e intoxicación masiva y empezó a
gritar:
- ¡Socorro, el Pplobo! ¡Qué viene el Pplobo!
La gente del pueblito, la cual una gran parte defendió muy consciente y
valientemente la República y sufrió una sangrienta represión en el franquismo
con muchos fusilados y desaparecidos (que todavía hoy siguen enterrados por las
cunetas de todo el territorio) cogieron lo que tenían a mano y se fueron
"sin pensárselo" a auxiliar al pobre pastorcito que se desgañitaba pidiendo auxilio,
pues no se olvidaban que muchos de los familiares del pastorcito que
defendieron el Gobierno legítimo de la Republica fueron asesinados por el
ejercito fascista de Franco y miles que tuvieron que marchar al exilio, y se
acordaban que el pastorcito les prometió reparación institucional con una
"justa" y "modélica" ley de La Memoria Histórica, que al
final resultó un fiasco, pero los lugareños no se lo pensaron y marcharon todos
a una a socorrer al pastorcillo, cuando llegaron allí, descubrieron que todo
había sido una broma pesada del pastor, que se deshacía en risas revolcándose por
el suelo mientras les enseñaba la causa penal que los jueces neofranquistas
ayudados por trepas sin escrúpulos enquistados en el poder judicial tenían
organizado contra el juez Garzón, y reía y reía mientras les refregaba la ley
de la reforma de la Constitución que vende la soberanía del pueblito para que
los especuladores se puedan quedar con todas las ovejas, el pueblito y todo el
futuro de sus habitantes en caso de impago de la deuda a los Botines y CIA, y seguía
ríe que te ríe mientras les decía que mintió ocultando la crisis, que cuando
acepto ponerse a las ordenes de los banqueros culpables de la crisis (por su avaricia
sin escrúpulos) y regalarles miles de millones del dinero público de todos los
ciudadanos para salvarles de su criminal fracaso mientras ninguno ha pasado por
el banquillo de los acusados, lo hizo a sabiendas que una salida por la
izquierda era posible, pero es mejor asegurarse una buena jubilación de oro (como
la del “socialista” Felipe González) en alguna empresa privada, y sin dejar de
reir y reir que parecía que iba a entrar en Shock, les recordaba que en el
contrato para su futura jubilación con los banqueros había firmado las clausulas
para dejar caer a 5 millones de trabajadores en el paro y la miseria con
brutales recortes derechos laborales y sindicales y desmontando el Estado del
Bienestar a las clases populares más débiles (clases a las que prometió públicamente
que nunca dejaría de defenderlos) y subir la edad de jubilación a los 67 años,
y el aumento de los años de cotización, y congelar las pensiones, y bajar el
sueldo a los funcionarios y dejar al pairo a los miles de ciudadanos que los
bancos les han embargado sus viviendas (y encima están obligados a seguir
pagando la deuda) y dejar sin protección a cerca de dos millones de parados que
no reciben la ayuda de los 420€, incluso había la clausula donde nos tenía que hacer
olvidar que llegó a presentar a Gadafi como gran Estadista y amigo del pueblito
español y nuestra participación junto la
OTAN en la destrucción de su pueblito y el asesinato de su otrora mandatario y
gran amigo, las gentes del lugar no se podían creer lo que estaban
presenciando, el pastorcito no parecía el mismo que habían votado en el 2004 y el 2008 para que gobernará el pueblito, parecía
poseído, mientras el pastorcito les mostraba las partidas presupuestarias con
miles de millones de euros para la iglesia católica y sus escuelas
adoctrinarías concertadas (la misma que pide a cara de perro que no se vote a
los pastorcillos que defiendan el aborto o la laicidad del Estado, es decir, a cara de perro pidiendo el
voto para los ultraderechistas Pastorcillos Populares) Los aldeanos casi
montan en cólera, pero resignados decidieron volver a sus casas, pues no
quisieron romper la relación histórica que les unía con el pastorcillo, pues no
olvidaban que era el heredero del Pastorcillo Socialista Obrero Español fundado
por Pablo Iglesias.
Cuando se habían ido muy enfadados las gentes del pueblito, al pastorcito le hizo
tanta gracia, que no dudó en que la broma había
que repetirla. Y cuando vio a la gente suficientemente lejos, volvió a gritar:
- ¡Socorro, el Pplobo! ¡Que viene el Pplobo!
La gente, volviendo a oír al pastorcillo, empezó a correr a toda prisa, creyendo
que esta vez sí que se había presentado el Pplobo feroz, que no podía ser que
en un tema tan serio y trágico mintiera otra vez el pastorcito, y que realmente aunque
no se mereciera ninguna ayuda y lo hicieran tapándose la nariz, necesitaría de
toda la gente solidaria de izquierdas del pueblito para acabar con el Pplobo.
Pero al llegar donde estaba el pastor, se lo encontraron nuevamente por los
suelos, riéndose y riéndose, y enseñándoles entre carcajadas y carcajadas el
derroche de dinero público pagado para el saneamiento de las Cajas de ahorro de
las cuantiosas pérdidas que provocaron sus gestores (los cuales eran controlados
por el pastorcillo, y al igual que los banqueros, ninguno ha ido a la cárcel) siguió
retorciéndose de risa mientras les enseñaba el decreto ley que aprobaba el Escudo
Antimisiles en Rota, y sigió riendo y riendo. Esta vez los ciudadanos sí que se
enfadaron de verdad, no se podían creer lo que el pastorcillo les estaba
haciendo, pensaron que no tenía remedio, y se marcharon terriblemente enfadados
con su pésima actitud, y se fueron realmente a sus casas muy enojados con
aquella situación.
A la mañana siguiente, mientras el pastorcillo llevaba a pastar a sus ovejas,
aún se reía cuando recordaba lo que había ocurrido el día anterior, y no se
sentía arrepentido de ninguna forma, hasta llego a usar los medios de
comunicación que controlaba y sus ciberactivistas a sueldo repartidos estratégicamente por
todo el pueblito para difundir mentiras sobre pinzas inexistentes entre
pastorcillos del pueblito. Estaba tan fuera de la realidad el pastorcillo que
no se dio cuenta de que esa misma mañana se le acercaba el Pplobo. Cuando se
dio media vuelta y lo vio, el miedo le invadió el cuerpo. Al ver que el animal
se le acercaba más y más, empezó a gritar desesperadamente:
- ¡Socorro, el Pplobo! ¡Que viene el Pplobo! ¡Qué va a devorar todas mis
ovejas! ¡Auxilio! Pero sus gritos eran en
vano. Ya era bastante tarde para convencer a los ciudadanos del pueblito de que
lo que decía era verdad. Los ciudadanos, habiendo aprendido de las mentiras del
pastorcillo, esta vez hicieron oídos
sordos.
¿Y qué es lo que ocurrió? Pues que el pastor vio como el Pplobo se
abalanzaba sobre sus ovejas, mientras él intentaba pedir auxilio, una y otra
vez:
- ¡Socorro, el Pplobo! ¡El Pplobo!
Pero los ciudadanos hartos de tantas falsedades y viendo que el pastorcillo
se había comportado como una verdadera Zorra al cuidado de las
"ovejas" en vez de un buen pastor que debe de cuidar y defender a su
rebaño siguieron sin hacerle caso, mientras el pastor vio como el lobo se comía
un buen puñado de ovejas y se llevaba casi todas para la cena, sin poder hacer
nada, absolutamente.
El final original del cuento (composición sinfónica de Sergéi Prokófiev
escrita en 1936) es: Y fue así que el pastor reconoció que había sido muy
injusto con la gente del pueblito, y aunque ya era tarde, se arrepintió
profundamente, y nunca más volvió a burlarse ni a mentir a la gente.
Yo tengo claras varias cosas, que el final de este cuento no se
resolverá hasta después de que se conozcan los datos electorales oficiales del
20N, que el pastorcillo ya no es creíble ni lo será, y que el Pplobo seguramente se comerá
a una gran parte de su rebaño y otra parte que huyó despavorida se refugiará en un pastorcito que defienda La Izquierda .
De todas formas me parece que el final del cuento será:
Y fué
así, que la debacle electoral del pastorcillo fue tan grande que perdió el
gobierno del pueblito, que después que el máximo responsable del pastorcillo
dimitiera y que los restantes culpables responsables de que el pastorcillo se
creyera dueño de las ovejas convocaran un Congreso, para que todo parezca que
cambie para que todo siga igual, y que desde luego no reconocerán que fueron injustos
maltratando a las gentes del pueblito que creyeron fielmente en él y que toda
la culpa de la perdida de confianza de los ciudadanos se lo buscó él , y encima dirán
que todo lo hicieron por el bien del pueblito y no para mantener sus sillones y
privilegios, y aunque ya será tarde, no se arrepintieron ni se arrepentirán profundamente,
peor, se dedicaran a simular que nunca más volverán a burlarse ni mentir a la
gente. Esto provocará la ruptura y fracción de los pastorcillos y seguramente
una recomposición de la pastorcillos de la izquierda, pero esto ya es para
contarlo en un nuevo cuento.
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Salud y República
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1 comentario:
Y colorín colorado al ciudadano han robado.
Saludos.
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