El rector de la Universidad de Valladolid y Leo Bassi imputados, las protestas de estudiantes en la capilla de la Complutense de Madrid criminalizadas y judicializadas, la manifestación atea de Lavapiés suspendida, y detrás, los de la caverna de siempre prestos al linchamiento mediático (de esos mismos medios que manipulan la información y las imágenes con la bendición de la curia) y a exigir purgar los pecados pidiendo penas de cárcel, penas a la que se enfrentan por culpa de una ley que se creó ex profeso para salvaguardar en exclusiva los privilegios de la iglesia católica, y que está siendo promovida por ciertos colectivos de la ultraderecha, porque dicen, estar heridos en su religiosidad. Mis vivencias personales me han hecho que en una primera etapa de mi vida adoptara una posición agnóstica y tolerante para no herir sensibilidades de familiares y amigos, a lo largo de mi vida he ido mutando a un ateísmo defensivo, pero estos últimos acontecimientos perpetrados por estos “intolerantes” contra todo lo que huela a laico han hecho rebosar el vaso de mi paciencia, estoy harto que se me pida tolerancia y se me pague con el chantaje y el desprecio y encima que se coarte la libertad de expresión.
Pienso que los ciudadanos que no confesamos con ninguna religión y queremos un estado neutral tenemos la obligación de decir ¡Basta Ya! Basta tener que aguantar una Constitución aconfesional que “no se cumple” (como la mayoría de los artículos constitucionales que benefician a la sociedad) y de la cooperación cómplice de las instituciones del Estado defendiendo los privilegios privados de un Estado (El Vaticano) no Democrático, participando en nombre de todos los españoles en actos religiosos de una institución privada, poniendo las televisiones públicas al servicio de la iglesia descaradamente y manteniéndoles económicamente con un Concordato pre-constitucional a costa de los impuestos de “todos” los ciudadanos, y con un PsoE, que también hay que recordarlo, que mira para otro lado cuando ha tenido muchas oportunidades para derogarlo y adecuarlo a la Constitución, o lo que es peor, lo utiliza electoralmente a su conveniencia para que la ministra de defensa Carmen Chacón saque pecho y su vena más “socialdemócrata” delante del estamento militar.
¡Basta Ya! de mantener sus instituciones privadas, Conferencias Episcopales, Obispados, Colegios Privados, (que segregan a los alumnos por sexos) profesores de religión, (que son despedidos por la iglesia con indemnizaciones a cargo del Estado) y los salarios de los curas, el mantenimiento y conservación de las catedrales, iglesias, diócesis, etc., ¡Basta Ya! de regalarles más de 6 mil millones de euros al año. ¡Basta Ya! que el santoral gregoriano nos cueste tan caro a los ciudadanos laicos, mientras se desmantela el poco Estado del Bienestar y se regatean las ayudas a los parados y a los más necesitados, o se abandona a su suerte a los que el banco les han embargado la casa y encima les exigen seguir pagándola.
Si se repasa la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, donde se prohibió que el pasado jueves se celebrara la manifestación atea en el barrio de Lavapiés, y las razones que en nombre del “Gobierno” que la delegada del “des-Gobierno” de Madrid dieron para denegarla, mutilando el derecho de expresión de una parte importante de ciudadanos que no profesamos ninguna religión y anteponiendo razones ridículas propias del negro y casposo régimen franquista con un claro desprecio a la inteligencia, es decir, que encima que nos toman por tontos, encima quieren que nos lo creamos, se darán cuenta ante tal cúmulo de cinismo y cínicos que dirigen esta superproducción Hollywoodiense del porqué de mi hartazgo.
Ninguna religión en nuestro país debe ni puede saltarse la Constitución y el estado debe garantizar este principio de la misma manera que debería romper el Concordato y exigir a la iglesia que se autofinancie, y lo más lógico en una sociedad donde todos pagamos impuestos, el Estado debe exigir a la Iglesia (a TODAS) que paguen los impuestos como a todo hijo de vecino, es una aberración que las donaciones a la iglesia desgraven, y lo es más que siga siendo un ente con funcionamiento antidemocrático que utiliza a las mujeres para el beneficio de una iglesia que a imagen y semejanza de su dios, todo el poder es masculino. Una iglesia que hay que respetar, sí, pero a la que no se le puede tolerar que siga entrometiéndose en el ámbito privado de los ciudadanos queriendo imponer su visión primitiva del mundo a todas las ovejas (descarriadas o no) aunque la mayoría no pertenezcamos a su rebaño. Respeto, todo el del mundo y más, tolerancia a los intolerantes, cero.
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