21 ene 2010
La ayuda ¿desinteresada? a Haití
Es encomiable como en casos de catástrofes la comunidad internacional (instituciones, asociaciones, ONGs, ciudadanos anónimos, etc.,) pone la maquinaria de la solidaridad en marcha y millones de ciudadanos se vuelcan en ayudar en la medida de sus posibilidades, y es igual o más encomiable la ingente cantidad de voluntarios que se dejan la piel ayudando a rescatar personas sepultadas a riesgo de perder la vida en el empeño, desde luego, estas acciones no tienen precio.
Dicho esto, yo creo que para certificar que Haití estaba sumida en el caos y la miseria no hacía falta esperar a un terremoto que ha dado la puntilla, pasando de una situación de un pueblo que arrastraba una lenta agonía (sin que casi nadie ni siquiera se acordara de que Haití existía) a un acto de destrucción y muerte instantánea. Por lo que nos pintan los medios (magnificándolo por supuesto) ha provocado tanto caos y la situación era tan insostenible con tumultos, pillajes, vandalismo, etc., ¡vamos! un polvorín a punto de estallar, que Barack Obama se ha visto en la obligación “humanitaria” de enviar a su ejército para intentar reconstruir la ley y el orden.
A mí me hubiera gustado que esta repentina “ayuda humanitaria” que ha dispuesto Obama enviando a sus soldados la hubiera puesto a disposición de la una vez más ninguneada y desprestigiada ONU (que si no recuerdo haber leído mal son más de 9000 mil soldados y se piensan mandar otros 3500) pero por lo visto hasta el Gobierno español ha dispuesto que 450 de nuestros militares vayan en auxilio de Haití a bordo del buque anfibio Castilla sin ofrecerlos tampoco a la ONU. Y no es que tenga dudas de la profesionalidad de los marines de los EEUU y la buena voluntad de su misión, no es que piense mal de que detrás de la orden de intervenir no sea “específicamente” la de ayudar a repartir las ayudas y empezar la reconstrucción, de verdad, que no estoy pensando que el Presidente Obama quiera utilizar la catástrofe para una vez dentro no tener ninguna prisa en marcharse, o que piense que tiene una oportunidad de volver a poner un títere como Presidente, como los dictadores varios que tan buenos servicios prestaron durante décadas al imperio, y reconstruyan Haití (con bases militares USA incluidas) como antaño, a espaldas de los intereses de los haitianos. En definitiva, que no pienso que todo lo sucedido se haya querido aprovechar al calor de las emociones y los sentimientos de solidaridad que provoca una catástrofe así utilizando los medios de comunicación para hacer pasar lo que en otras condiciones sería considerado una invasión, pues de todos es sabido que si bien los respectivos Presidentes de los EEUU siempre se han cobrado con creces cualquier tipo de ayuda prestada fuera de sus fronteras, con Obama (no sé si es porque representaba un cambio real, por cierto, defraudado, o porque era el primer Presidente negro) esto hay muchas posibilidades que no será así, que no repetirán los errores del pasado.
De todo esto hay algo que me ha hecho pensar y no logro encontrar la respuesta a una pregunta: ¿Que pasaría si Rusia o China decidiera lo mismo que Obama, enviar a sus soldados por miles y material de guerra como acción humanitaria a Haití? Igual alguien encuentra la respuesta por mí. Lo que si tengo claro es que hay Gobiernos que tratan el problema del sufrimiento del pueblo de Haití subidos en la ola de buenos sentimientos que provoca la solidaridad para hacerse autobombo, pues les importa tanto ahora los haitianos como les importó antes de la catástrofe.
El pueblo de Haití necesita de toda nuestra solidaridad, ahora, pero si quiere tener un futuro, necesitará que lo primero que hagan los países ricos, si de verdad quieren hacernos creer su buena voluntad y que no hay segundas intenciones, es que empiecen por condonar la deuda y que ayuden de verdad a buscar soluciones a la pobreza estructural que padece Haití, culpable de que las fuerzas de la naturaleza se manifiesten multiplicando su destrucción y sus muertos por miles.
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