14 ene 2010
El cinismo de Gerardo Díaz Ferrán apesta a privilegio de las élites.
No es normal que un tipo que ha donado cuantiosas donaciones en las campañas electorales de Esperanza Aguirre mientras ha dejado de pagar meses de salarios y las cotizaciones a la seguridad social a los trabajadores de sus empresas, que va dejando pufos dentro y fuera de nuestras fronteras con el tinglado de sus diferentes empresas y estas son requeridas judicialmente para que pague sus deudas, que se dedica a pagar salarios a sus trabajadores con talones sin fondos, que cierra su compañía aérea Air Comet y que deja a esos cientos de trabajadores que ha tenido trabajando durante meses gratis con el culo al aire y en las colas del paro, y a miles de pasajeros tirados en los aeropuertos (mientras según recogen algunos medios seguían vendiendo billetes a sabiendas que iban a cerrar y que miles de afectados se sumarían a la lista de afectados) y obliga al Estado a gastar millones de euros de dinero de todos los contribuyentes para que una parte de esos miles de pasajeros engañados puedan viajar, no es normal como decía, que con más de cuatro millones de parados, unos pocos millones más en precario y la mayoría del País con un futuro nada halagüeño por culpa de los excesos de unos empresarios avariciosos, ciegos de soberbia y prepotencia, como Díaz Ferrán, y que no esté como mínimo imputado por estafa.
Todo este cúmulo de aberraciones solo se puede estar permitiendo por parte de las autoridades competentes, porque "es normal" que al Gobierno le interesa tener un líder de la patronal cautivo que sirva a sus intereses, lo que no es normal de esta situación más propia de la película de Berlanga, La Escopeta Nacional, es que los empresarios que forman parte de la CEOE mantenga en su puesto a un anti modelo empresarial, a no ser que esa mayoría de los que lo apoyan estén en similares circunstancias y sean de la misma calaña que su jefe. Este personaje que mientras con la mano derecha se dedicaba a ejemplarizar el capitalismo más salvaje y machacar todo lo público y con la izquierda le pedía al Gobierno un paréntesis del libre mercado para socializar las perdidas, se jactaba públicamente que él, nunca hubiera volado con una compañía con los problemas que tenía Air Comet y mientras todos los dagnificados sufren sus consecuencias nos enteramos que el sátrapa tiene un coche de lujo que solo unos 60 privilegiados burgueses lo tienen y que este coche no es de su propiedad sino de una de esas ejemplarizantes empresas de su propiedad y que fue pagado con uno de las tantos créditos que como consejero de la Caja Madrid se autoconcedia.
Si yo fuera un empresario honrado y tuviera un poco de vergüenza (que los hay, pero por desgracia son muy pocos) en el próximo conclave de la CEOE (que se celebrará a finales de enero) no esperaría a que este siniestro personaje hundiera más el poco y mal prestigio que esta organización empresarial se ha labrado desde siempre, pero más desde la salida de su antecesor José María Cuevas, y le exigiría sin esperar a que los acontecimientos le obligue a dimitir su inmediata e irrevocable dimisión, y de paso visto su currículum y su vida laboral, pediría una auditoría independiente de las cuentas de la CEOE, igual nos enteramos que esta organización además de estar al servicio de las campañas electorales del Pp, han servido para construir un imperio vía chanchullos políticos y crédito fácil a un mafioso que se hacía pasar por empresario.
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